No estás en la home
Funcinema

The Blacklist – Temporadas 6 a 9

Por Rodrigo Seijas

(@rodma28)

Resulta difícil de creer que el plan original del creador Jon Bokenkamp y el resto de los guionistas de The Blacklist haya sido de diez temporadas, por más que esa “Lista Negra” de criminales pudiera llegar a ser infinita. Al fin y al cabo, ese listado de delincuentes siempre fue una excusa argumental para explorar el submundo en el que se mueve (y maneja) Raymond Reddington y los cruces -tanto positivos como negativos- éticos y morales con la unidad del FBI encargada de trabajar con -o quizás para- él. Y, particularmente, para indagar en el vínculo, muchas veces enfermizo y tóxico, pero tampoco exento de ternura y amor, entre Reddington y Elizabeth Keen, que va de la mano con las especulaciones respecto a la verdadera identidad del maestro criminal. En lo que respecta a esto último, hay una escalada, cada vez más enredada y hasta disparatada, entre la sexta y octava temporada, que deja la impresión de que la serie estira sus propias posibilidades hasta el extremo de lo casi ridículo. Por momentos, tantas intrigas, traiciones, personajes que dice ser alguien que no son o que creen ser personas que finalmente no resultan, nos hacen pensar que estamos ante una telenovela donde el espionaje, las investigaciones y persecuciones son apenas un marco narrativo y genérico. Sin embargo, hay una dosis precisa de autoconsciencia -todos los protagonistas entienden que el universo que habitan es inexplicable para los que están fuera de él- que hace todo más digerible, en el contexto de una experiencia compartida entre espectadores y ficción. Y, además, una fuerte -y a la vez flexible- construcción de valores las acciones de todos los personajes, en especial de Reddington y Harold Cooper, que es posiblemente el eje moral de toda la historia. Eso no quita que haya unos cuantos episodios y subtramas que dan la sensación de que Elizabeth (que a su vez arrastra a otros personajes, como Donald Dressler) es más una marioneta de los guiones que un personaje con verdadera carnadura. Esta dinámica llega a su fin con el cierre de la octava entrega, que amaga con dar por fin las respuestas a todos los interrogantes y así arribar a un final para la serie, para luego presentar nada más, y nada menos, que la salida definitiva de Elizabeth. Esa baja, ciertamente trágica, obliga a un reseteo de The Blacklist (seguramente potenciado por la salida de Bokenkamp como showrunner, también luego de la octava temporada), que durante la primera mitad de la novena temporada queda al borde del agotamiento de su propia premisa. Pero cuando la serie vuelve a encontrar una dinámica propia, con la unidad del FBI reconstituida y el foco conflictivo ahora centrado en quién estuvo detrás de la muerte de Elizabeth, el relato cobra de vuelta mucha más fuerza, hasta arribar a un desenlace polémico y a la vez aceptable, donde otra vez un viejo aliado pasa a ser enemigo. El cierre de la novena temporada deja también el campo abierto para la décima y, ahora sí, última temporada, con un nuevo/viejo antagonista que supone un regreso a los orígenes de la serie. El balance del recorrido que va de la sexta a la novena temporadas de The Blacklist es positivo, aún a pesar de que la percepción de que la serie podría haber terminado mucho antes es ineludible. Y el punto de partida para la décima parte es bastante sólido.

-Las temporadas 6 a 9 de The Blacklist están disponibles en Netflix.


Si disfrutás los contenidos de Funcinema, nos gustaría tu colaboración con un Cafecito para sostener este espacio de periodismo independiente:
Invitame un café en cafecito.app

Comentarios

comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.